Si no se trata de negar lo que uno es,
la idea es apreciar el total mierdio que somos
la podrida basca que los demás son;
luego, para amar,uno empaca la porquería del uno y el otro forma un muñeco de peluche y se deja mimar por los listones rosadosque le cuelga la maldita y asquerosa madre naturaleza.
Jamás ha sido el puntoque todos finjamos ser antinaturales;
para amar,
uno se tiene que volver pepenador.
la idea es apreciar el total mierdio que somos
la podrida basca que los demás son;
luego, para amar,uno empaca la porquería del uno y el otro forma un muñeco de peluche y se deja mimar por los listones rosadosque le cuelga la maldita y asquerosa madre naturaleza.
Jamás ha sido el puntoque todos finjamos ser antinaturales;
para amar,
uno se tiene que volver pepenador.
Así parece que el amor es intensa hipocresía, ficción, cursilería, desprecio del uno hacia el otro en espiral por herir o evitar ser herido con la falsa idea de que eso es el "aceptar" al otro. Lo antinatural impera sobre el deseo de ser aceptado pero es origen del sufrimiento.
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