martes, 20 de enero de 2015

pepenador

Si no se trata de negar lo que uno es,
 la idea es apreciar el total mierdio que somos
la podrida basca que los demás son;
  
luego, para amar,uno empaca la porquería del uno y el otro forma un muñeco de peluche y se deja mimar por los listones rosadosque le cuelga la maldita y asquerosa madre naturaleza.
Jamás ha sido el punto
que todos finjamos ser antinaturales;
para amar, 

uno se tiene que volver pepenador.